Empieza la Cuaresma. Sólo faltan unos días para encarrilar
este tiempo de preparación que conduce a la celebración del Misterio Pascual de
Jesucristo. “Y en este tiempo recibimos siempre una fuerte llamada a la
conversión: el cristiano está llamado a volver a Dios «de todo corazón» (Jl
2,12), a no contentarse con una vida mediocre, sino a crecer en la amistad con
el Señor”, expresa el Papa Francisco en su carta de Cuaresma de este año.
Desde el miércoles de ceniza, cuya celebración será
presidida por nuestro Obispo en la Catedral (19.30 h.), se nos ofrece una serie de medios para
purificarnos: la limosna –con especial atención en nuestra diócesis al Gesto
Solidario-, la oración –individual y comunitaria-, el ayuno, la escucha de la
Palabra de Dios, el sacramento de la Reconciliación… Todo ello, debe
conducirnos a la conversión, que es el estado óptimo con el que debemos encarar
el acontecimiento nuclear para el cristiano: la resurrección de Cristo.
El Santo Padre ha querido resaltar este año la parábola del
hombre rico y el pobre Lázaro (cf. Lc 16,19- 31), porque “Lázaro nos enseña que
el otro es un don. La justa relación con las personas consiste en reconocer con
gratitud su valor. Incluso el pobre en la puerta del rico, no es una carga
molesta, sino una llamada a convertirse y a cambiar de vida”, explica y añade
más adelante que “la Cuaresma es un tiempo propicio para abrir la puerta a
cualquier necesitado y reconocer en él o en ella el rostro de Cristo”.
Por otra parte, pone el acento en lo que el rico representa
a través de esta parábola: “la parábola nos muestra cómo la codicia del rico lo
hace vanidoso. Su personalidad se desarrolla en la apariencia, en hacer ver a
los demás lo que él se puede permitir. Pero la apariencia esconde un vacío
interior. Su vida está prisionera de la exterioridad, de la dimensión más
superficial y efímera de la existencia (cf. ibíd., 62)”.
Por último, habla de la Palabra como don, porque “La Palabra
de Dios es una fuerza viva, capaz de suscitar la conversión del corazón de los
hombres y orientar nuevamente a Dios. Cerrar el corazón al don de Dios que
habla tiene como efecto cerrar el corazón al don del hermano”.
La Cuaresma es también tiempo catecumenal, de preparación
tanto para los catecúmenos que recibirán los sacramentos de la Iniciación
cristiana en la Vigilia Pascual, cuya acogida está prevista a las 12.30 horas
el próximo 5 de marzo en la Catedral, como para todos los cristianos, que
renovarán esa noche las promesas de su Bautismo.
La Cuaresma es tiempo de retorno al Señor, de servicio a los
hermanos más débiles, de compartir todo lo que tenemos. Además es un tiempo de
oración donde diversos ejercicios de piedad, como el Vía Crucis, nos introducen
en el Misterio Pascual para contemplar la Pasión, Muerte y Resurrección del
Señor.
Nuestro obispo, José Vilaplana, se dirige este año
especialmente a los jóvenes, con motivo de la convocatoria, por parte del Papa,
de un sínodo dedicado a ellos. Les invita especialmente a fortalecer la amistad
con Jesús y el amor fraterno.
La Celebración del Miércoles de Ceniza en Rociana será a las 19:30 h. en la Parroquia de San Bartolomé Apóstol.
Diócesis de Huelva.
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