La Hermandad configurada tal y como se nos presenta en nuestros días, es el resultado de la reorganización y fusión de las dos más antiguas cofradías que sobreviven en Rociana. En sus orígenes habían sido tres hermandades distintas e independientes: la del Santísimo Sacramento, la de Nuestro Padre Jesús Nazareno, y la de la Virgen de los Dolores. Esta última hermandad gozaba de una situación un tanto especial, pues era custodiada de generación en generación por la familia López; a principios de los años treinta continúa la tradición D. Juan Harriero López y su hija Dña. Dolores (era muy común que la mayoría de las corporaciones e imágenes fueran propiedad de distintas familias).
Carecemos de datos históricos y documentos acerca de la primitiva fundación de estas hermandades; debido a los avatares de la historia, en archivo parroquial de la localidad no aparecen documentos acerca de las mismas. No obstante, en el archivo municipal de Rociana existen documentos desde mediados del siglo XVII y XVIII sobre pleitos o litigios en los que se hace alusión a la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno; en el archivo de protocolos notariales de La Palma del Condado existen documentos de principios del siglo XVII sobre pleitos o litigios en los que se hace alusión a la Cofradía del Santísimo Sacramento. También existen fotografías que delatan sus salidas procesionales desde antes de 1936.
A mediados del siglo XVIII, cuando la Orden Servita propaga con fuerza la devoción a la Virgen de los Dolores, esta hermandad se deja impregnar por esta influencia y añade esta advocación mariana. La antigua imagen de la Virgen de los Dolores era titular de la Venerable Orden Tercera (V.O.T.) de Servitas, solicitada al Arzobispado de Sevilla el 4 de mayo de 1879 y autorizada por el mismo el 14 de junio.
Texto: Manuel Rodríguez Calvo
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